Los Medici: Los banqueros que fomentaron el arte

Los Medici fueron una influyente familia italiana que desempeñó un papel crucial durante el Renacimiento, particularmente en Florencia.

Emergiendo como comerciantes y banqueros, los Medici acumularon una vasta riqueza y poder político, convirtiéndose en mecenas de las artes y las ciencias.

Promovieron a destacados artistas como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Botticelli, ayudando así a impulsar el florecimiento cultural de la época. Además, varios miembros de la familia Medici ocuparon cargos prominentes en la Iglesia Católica, incluyendo a dos papas: León X y Clemente VII. Su legado perdura en la historia como una de las dinastías más importantes del Renacimiento italiano.

Los Medici: Los banqueros que fomentaron el arte

Si hay una familia de banqueros que influyeron sobremanera en la Historia, esos fueron Los Medici, eran una familia de comerciantes y banqueros de Florencia que llegaron a gobernar la Toscana y a ejercer una influencia considerable sobre la política italiana, dejaron su impronta en el arte del Renacimiento ejerciendo el mecenazgo. Pasaron a la Historia como los mayores mecenas de arte, pero no es oro todo lo que reluce y realmente su intención era la misma que mueve a los banqueros: incrementar sus fortunas; entendían el arte como una forma de publicidad para lograr sus fines, fueron unos grandes maestros del marketing.

 

Juan de Medici

 

Juan de Medici

Desarrolló la banca familiar al tomar a su cargo los intereses de la Iglesia, y jugó la carta de defensor del pueblo, sin que por ello fuera seriamente molestado por sus adversarios, los oligarcas. Logró que la familia Medici fuera ganando apoyo de la clase popular frente a la oligarquía de los Albizzi. Por medio de su estilo de formas modestas consiguió avanzar de forma desapercibida. En suma, inició el desarrollo de una pequeña banca que poco después pasaría a ser una de las firmas más influyentes de Europa. Su secreto fue seleccionar con mucho cuidado a las personas a las que prestaba su dinero, evitando apoyar a aquellos donde la devolución de los prestamos fuera más dudosa. Realmente no es el primero de los Medici pues la banca de los Medici ya existía pero fue el que logró que empezara el gran prestigio como banqueros de la familia y su gran logro fue hacerlo sin despertar el recelo de los poderosos de la época, sin él probablemente no hubiera sido posible el surgimiento de la dinastia..

 

Cosme “El viejo”

 

Cosme el ViejoSu hijo Cosme, fue un gran hombre de negocios, controló por sí mismo todas las empresas de las que era socio principal y multiplicó su fortuna. Buscó el poder político, indispensable para la seguridad de sus negocios. Fue desterrado en 1433 por Rinaldo di Albizzi, jefe de la oligarquía. En 1434 entra triunfante en Florencia tras un año de exilio. Después de expulsar o hacer ejecutar a sus adversarios, dominó Florencia de modo discreto, contentándose con deformar con la ayuda de Luca Pitti, las instituciones tradicionales. Ejerció el poder político de una manera indirecta, nunca llegó a ejercer ninguna magistratura oficial. Manipulaba las elecciones con toda clase de métodos. Hizo atribuir las magistraturas a mandatarios suyos. Cosimo evitó la guerra siempre que pudo. Prefería negociar y hacer uso del poder que da el dinero. Gracias a ello, pudo garantizar a Florencia un período prolongado de relativa paz y seguridad. Además, permitía al pueblo pensar y decir lo que quería, pero tomaba nota de los que hablaban en su contra. Cosme acrecentó su fortuna con una hábil y minuciosa gestión de la empresa familiar, que era a la vez banca, casa comercial y centro de fabricación. Fue aliado de los Sforza de Milán, banqueros al servicio de la Santa Sede, de los reyes de Francia e Inglaterra y del duque de Borgoña, Cosme realizó fructíferas transferencias de fondos; Su hijo Pedro se asoció con el papa (1466) para explotar el monopolio del alumbre, creado por Pío II a beneficio de una eventual cruzada. Los Médicis poseían en Florencia tres empresas de gran importancia. Vendían tejidos y orfebrería a las cortes de Europa, que recurrían para ello a su crédito. Con menos éxito organizaron servicios de transporte regulares con destino a Brujas, Constantinopla y Rodas. Para evitar correr la misma suerte que las grandes compañías del s. XIV, los Médicis adoptaron un estructura más dúctil, repartiendo sus diferentes actividades en filiales jurídicamente independientes de la casa madre de Florencia, pero en las que siempre poseían la mayoría de las acciones, lo que les permitía controlar su gestión. Cosme colocó una parte importante de sus ganancias en el Monte dei dotti, que tenía a su cargo los empréstitos de los negocios florentinos, o también en construcciones, palacios o villas campestres.

Admirador de la filosofía platónica, coleccionista de manuscritos antiguos y amante del arte, su fortuna le permitió ejercer un continuo mecenazgo. Fundó la academia platónica, cuya dirección confió a Marcilo Ficino, e hizo de Florencia la capital del humanismo. Colaboró en la terminación de obras maestras, como el Duomo o las puertas del Baptisterio, y financió los proyectos de artistas como Donatello, Fra Angélico y Michelozzo, que construyó para Cosme el Palacio-fortaleza de la vía Larga y la biblioteca de San Marcos. A su muerte recibió el título de Pater Patriae. La autoridad moral de los Médicis era tan grande que el hijo de Cosme, Pedro el Gotoso (Piero il Gottoso) pudo dirigir Florencia sin abandonar su casa. Notable obra social (escuelas, hospitales, servicios para indigentes). Apoyó a los artistas de su época. Encargó a Michelozzo el Palazzo Medici (1444).

 

Pedro I “El Gotoso”

 

Su hijo, Pedro I, el Gotoso (1414-69), Sucedió a su padre Cosme el Viejo durante un breve período de cinco años. Su hermano Juan (segundo hijo de Cosme) era estimado en Florencia por su simpatía y alegre temperamento pero los excesos en los placeres acabaron con su salud. Pedro poseía una gran habilidad para los negocios. Se casó con Lucrecia Tornabuoni, una notable intelectual florentina. Se esforzó en dar a sus hijos una completa formación. Supo en 1466 hacer frente a una gran conjura a pesar de encontrarse muy enfermo. Murió sin haber podido hacer testamento ni confesarse debido a que su enfermedad le impedía hablar. Su figura fue eclipsada al encontrarse entre las grandes personalidades de Cosme y Lorenzo.

Pedro que por su enfermedad se mantenía alejado de los negocios, se cerraba en su círculo de mecenas y de coleccionista. Estuvo en contacto con muchos de los principales pintores de la época, entre ellos Domenico Veneziano y Filippo Lippi. Se limitó a conservar el poder y a emparentar con la familia aristocrática de los Orsini mediante el matrimonio de su hijo Lorenzo.

 

Lorenzo I “El Magnífico”

 

Lorenzo I “El Magnífico”Éste consiguió resistir los intentos de arrebatarle el poder por parte del patriciado, que se alió con el papa Sixto IV, aunque perdió a su hermano Julián (1453-78) durante la rebelión de los Pazzi (1478). Sucedió a su padre a los 21 años. Dotado de gran inteligencia, realizó durante su principado (1469-1492) el ideal del renacimiento italiano: poeta, filósofo, mecenas y diplomático, gozó de una popularidad real en Florencia y de gran prestigio en Europa. Fundó la biblioteca Laurencinana. La escuela del jardín de San Marcos, antecedente de la Academia de 1561, y que fundó para formar a los artistas, contaba entre sus alumnos a Miguel Angel. Llevó a cabo una intensa actividad diplomática y militar buscando el equilibrio entre los estados italianos. En su palacio crecieron dos papas, el hijo natural de Julián, Julio, más tarde papa Clemente VII, precedido en el papado por un hijo del mismo Lorenzo, Juan, Más tarde León X. Fue objeto de duras críticas por parte de Savonarola. Lorenzo fue un típico príncipe renacentista, protector de escritores, sabios y artistas, impulsor de las primeras imprentas italianas y organizador de fiestas. Lo cual puso en peligro la fortuna de los Médicis y despertó las iras de Savonarola.

La culta y rica sociedad florentina de la época de Lorenzo el Magnífico, que fue celebrada por Ghirlandaio en sus frescos, se convirtió con el tiempo casi en un mito. Se ha escrito mucho sobre cómo se llegó a crear ese mito de una nueva Edad de Oro en tiempos de Lorenzo el Magnífico y una de las conclusiones es que si en el siglo XVI se pudo crear tal mito, fue, entre otros factores, por el esplendor artístico alcanzado en la Florencia de fines del siglo XV.

El carácter experimental del arte florentino a lo largo de todo el siglo, que tuvo su culminación en Leonardo, hizo de Florencia un centro cultural con prestigio en toda Europa. A pesar de que las ideas y formulaciones artísticas, científicas o filosóficas fueran patrimonio de una pequeña elite cultural, cuyos miembros además solían pertenecer a las clases sociales superiores, se puede decir que toda la ciudad se sintió implicada en ese clima de esplendor cultural.

 

Pedro II

 

Su hijo Pedro II (Piero) (1471-1503) fue expulsado del poder por una revuelta instigada por Savonarola, un siniestro fraile dominico que instauró en Florencia una especie de democracia teocrática en 1494. Su alianza con Carlos VIII de Francia no fue suficiente para recuperar la ciudad. Primogénito y sucesor de Lorenzo (1492-1494). Tenía escaso ingenio y era presuntuoso y altanero. Los florentinos excitados por la predicación de Savonarola, lo expulsaron (9 nov 1494) en el momento en que llegaba el rey de Francia Carlos VIII, a quien había cedido las fortalezas de Sarzana y Pietrasanta. Huyó a Bolonia a caballo, perseguido por la justicia y declarado rebelde. El palacio Medici fue saqueado y más tarde el gobierno subastó la mayoría de los bienes en Orsanmichele, disolviendo la mayor colección de arte del siglo XV recopilada a través de tantos años. Pedro intentó en vano restablecer su dominio. Su fortuna personal era escasa y carecía de cualidades políticas. A su muerte, la dirección de la familia pasó a su hermano menor, el cardenal Juan.

 

Juan de Médici (León X)

 

Leon XSu hermano Juan (Giovanni, 1475-1521), recuperó el poder en 1512 gracias a la ayuda del papa Julio II, de manera que Florencia quedó subordinada a Roma en los años siguientes. Ejerció el poder junto con su hermano menor, Julián (Giuliano, 1478-1516). Juan, que era cardenal desde los 13 años, fue elegido papa en 1513, tomando el nombre de León X. Practicó asiduamente el nepotismo, situando a miembros de la familia Médicis en los órganos de poder de la Iglesia romana; incluso gravó a la Hacienda papal con los gastos de la Guerra de Urbino (1516-17), destinada a conquistar dicho ducado para su sobrino Lorenzo II. Papa León X (1513-1521). Volvió a Florencia (1512) con el apoyo de las tropas españolas. Rompiendo con la tradición familiar, los Médicis ya no se apoyaron en el pueblo, sino en las grandes familias, que se unieron a ellos por miedo a los motines. Continuó gobernando Florencia tras ser nombrado papa en 1513 e intentó crear estados italianos para sus parientes, los dos mediocres personajes que fueron inmortalizados por Miguel Angel en San Lorenzo y por la dedicatoria del Príncipe de Maquiavelo:

El pontificado de León X (1513-21) apenas trajo novedades en materia religiosa, pues se comportó como un príncipe italiano más, dedicado a conservar y ampliar sus dominios por medio de la diplomacia y de la guerra, así como a ejercer el mecenazgo artístico. Encargó a Rafael Sanzio construir la basílica de San Pedro, cuyo coste le obligó a recabar fondos intensificando la venta de bulas de indulgencia; la denuncia contra la inmoralidad de este tráfico mercantil sería el detonante que haría a Lutero romper con la Iglesia católica, dando origen a la reforma protestante (1517-21).

 

Julio de Médici (Clemente VII)

 

En 1523, tras el breve pontificado de Adriano VI, accedió al Papado otro Médicis, hijo bastardo de Julián: Julio (Giulio, 1478-1534), que tomó el nombre de Clemente VII. Queriendo liberarse de la tutela de Carlos V, en 1526 impulsó contra éste la Liga Santa de Cognac (o Liga Clementina), formada por Francia, Inglaterra, Florencia, Venecia, Milán y el Papado. El emperador respondió tomando Roma y entregándola al saqueo de sus soldados (Saqueo de Roma, 1527); el papa fue encarcelado durante siete meses en el Castillo de Sant’Angelo y sólo la peste desatada en la ciudad hizo que fuera evacuada por las tropas imperiales. Bastardo de Juliano (el hermano de Lorenzo el Magnífico). Se apoyó en su primo de la rama menor, el condotiero Juan de las Bandas Negras. Convertido en Clemente VII (1523-1534). Junto con León X fue mecenas de Miguel Angel, Rafael, Giulio Romano y Sebastiano del Piombo. Tomó partido en favor de Francisco I contra Carlos V. Vio a Roma tomada y saqueada por las tropas de Colonna, y más tarde por los imperiales (1526-1527), y tuvo que someterse en adelante a la alianza imperial. Coronó al emperador en Bolonia (1530). Durante su pontificado progresó el protestantismo. En 1529 Enrique VIII decidió divorciarse de Catalina de Aragón para incrementar su descendencia que se limitaba entonces a su hija María. Clemente VII no se atrevió a contrariar a Carlos V y se negó a conceder la anulación del matrimonio. En 1531 Enrique VIII obligó a la Iglesia de Inglaterra a reconocerle como su jefe supremo. Su nueva pasión por Ana Bolena le decidió a romper con Roma (1533). Aunque los seis artículos de 1539 condenaban las principales doctrinas reformadas, el cisma anglicano abrió el país a las influencias protestantes. Los acontecimientos que se precipitaron acabaron con confiscaciones de los bienes eclesiásticos y el ajusticiamiento de Tomás Moro. Su retrato por Bronzino se encuentra en el palacio Riccardi de Florencia. Confió Florencia a los cardenales, quienes la administraron en nombre de dos bastardos:


Clemente VIIClemente decidió entonces reconciliarse con Carlos V, a quien coronó emperador y rey de Italia en Bolonia en 1530; a cambio, Carlos le devolvió los territorios que le había arrebatado y conquistó Florencia, poniendo de nuevo en el poder a los Médicis (que lo habían perdido) en la persona de Alejandro (quizá hijo natural del mismo papa). Por último, el pontificado de Clemente VII tuvo una importancia crucial para la Iglesia, pues, al negarse a reconocer el divorcio de Enrique VIII (decisión inevitable, dada la subordinación del Papado a la política de Carlos V) desencadenó el cisma de la Iglesia de Inglaterra.

En Florencia, mientras tanto, ocupó el poder Lorenzo II (1492-1519), hijo de Pedro II. Gobernó nominalmente dirigido por su tío, el papa León X (que en 1516 le hizo duque de Urbino). De su matrimonio con una aristócrata francesa nació Catalina (1519-89), que habría de ser reina de Francia por su matrimonio con Enrique II. Hipólito (Ippolito, 1511-35), hijo natural de Julián, fue hecho cardenal por su tío Clemente VII, que le empleó para dirigir la política florentina en su nombre. Probablemente murió envenenado por su pariente Alejandro (Alessandro, 1510-37), hijo natural de Lorenzo II o quizá del cardenal Julio de Médicis. Fue impuesto en el poder en 1530 por las armas de Carlos V, que en aquel momento controlaban Italia. El emperador hizo a Alejandro duque de Florencia (1532), con lo que los Médicis quedaron convertidos en dinastía ducal de una monarquía hereditaria. Alejandro ejerció un poder tiránico que causó gran descontento en la ciudad. Sus habitantes enviaron a Hipólito de Médicis a plantear sus quejas ante Carlos V, pero el enviado murió durante el viaje, seguramente envenenado por Alejandro.

Éste moriría también -extinguiéndose la rama principal de los Médicis- a manos de un miembro de la rama secundaria de la familia, Lorenzino o Lorenzaccio (1514-48). Éste era un escritor de la corte de Alejandro, a quien decidió asesinar imbuido de ideales republicanos.

 

Cosme I de Médici

 

Para su decepción, la muerte del tirano no dio paso a un régimen de libertades, sino a la sucesión en el Ducado de otro Médicis de esta rama, Cosme I (Cosimo, 1519-74), en 1537. Once años después, Cosme haría asesinar, a su vez, a Lorenzino. Hijo de Juan de las Bandas Negras (Giovanni dalle Bande Nere). Duque de Florencia (1537-1569), gran duque de Toscana (1569-1574) Escogido como soberano por los florentinos tras el asesinato de Alejandro a manos de Lorenzino. Carlos V le impuso la presencia de guarniciones españolas. Defendió por medio del terror su poder, amenazado por el intento de restauración republicana de los Strozzi (vencidos en Montemurlo en 1538). Centralizó el poder político y económico, e intentó convertir a Florencia en el centro comercial de la península. Suele atribuirse a este régimen la decadencia del arte en Florencia. Aunque Cosme fundó la Academia (1561), y convirtió el palacio Pitti, donde vivía, en una pinacoteca, rodeada de los jardines Boboli. La intervención francesa en Siena le valió extender su dominio al conjunto de Toscana (1559). Pío V le concedió el título de gran duque (1569). Reunió a los principales artistas del Renacimiento tardío florentino, especialmente Pontormo, Bronzino, Ammanati, Cellini, Giovanni Bologna y Vasari, y sentó las bases de la colección de los Ufizzi. Encargó a Vasari la decoración del Palazzo Vecchio y la construcción de los Uffizi (1559). Casó con Leonor de Toledo.

Cosme fue otro tirano como Alejandro, protegido como él por Carlos V. Bajo su principado alcanzó Florencia el apogeo de su poder en Italia, conquistando Lucca y Siena. En 1569 esta ampliación territorial fue sancionada por la coronación de Cosme como gran duque de Toscana por el papa Pío V. Inició además una política de limpieza del Mediterráneo de piratas berberiscos, que continuarían sus sucesores.

 

Francisco María

 

Le sucedió su hijo Francisco María (Francesco Maria, 1541-87), que continuó la línea de gobierno despótico y aliado de España. Su hija María (1573-1642) llegaría a ser reina de Francia por su matrimonio con Enrique IV y regente durante la minoría de edad de Luis XIII.

Francisco María murió probablemente envenenado por su hermano, el cardenal Fernando I (Ferdinando, 1549-1609). Al suceder a su hermano en la Corona ducal (1587) abandonó el capelo cardenalicio y contrajo matrimonio. Con él se inició la protección de los Médicis a Galileo, que continuarían sus sucesores. Cambió la orientación política de Toscana, alineándola con la Francia de Enrique IV contra la España de Felipe II y Felipe III (de hecho, fue él quien casó en 1601 a su sobrina María con el rey francés). Sin embargo, cuando Francia hizo la paz con el duque de Saboya, Fernando volvió a aliarse con Felipe III para hacer frente a su enemigo italiano.

Le sucedieron su hijo Cosme II (1590-1621), su nieto Fernando II (1610-70), su bisnieto Cosme III (1642-1723) y su tataranieto Juan Gastón (1671-1737), bajo los cuales tuvo lugar la decadencia de la dinastía. El último de los mencionados no tuvo descendientes varones, con lo que se extinguió el linaje de los Médicis, dejando Toscana a merced de los intereses diplomáticos de las grandes potencias. Por el Tratado de Viena (1735) la Corona ducal de Toscana fue otorgada al duque de Lorena, esposo de María Teresa de Austria, que más tarde sería emperador con el nombre de Francisco I.

De todas las familias que se hicieron poderosas en el Renacimiento, la de los Medici fue una de las más influyentes. En el s. XV fueron, durante tres generaciones, los gobernantes de hecho de Florencia. Durante ese tiempo, la ciudad fue próspera y floreciente.

La familia Medici era muy rica. Sus miembros eran mercaderes que comerciaban con artículos de lujo del Oriente y controlaban una gran parte del provechoso mercado de telas. Además eran banqueros exitosos y poseían una cadena de bancos en toda Europa con una clientela influyente, que incluía a los papas.

Los Médici atrajeron a artistas, poetas, arquitectos y literatos de toda Italia. El florecimiento cultural que disfrutó Florencia en los dorados años del Renacimiento y el mecenazgo de la poderosa familia toscana ha proporcionado uno de los legados patrimoniales más impresionantes del mundo. Pero, ¿quiénes eran los Médici?

La historia del arte, la literatura y los archivos desvelan muchos datos sobre aquella saga de ricos mercaderes, grandes prelados y poderosos gobernantes. Aunque fueron odiados y temidos por sus oscuros manejos, también fueron respetados y admirados por su decisivo apoyo a los grandes genios de la época. Podría decirse que los Médici se inventaron el Renacimiento y que gracias a ellos el humanismo llegó a otros países europeos.

Aquella familia hizo posible que prosperasen el genio y el arte de Brunelleschi, Botichelli, Leonardo Da Vinci, Vasari, Cellini o Miguel Ángel. Algunas de sus mejores obras rindieron pleitesía al clan florentino.

En arquitectura, los Medici son responsables de varios edificios notables en Florencia, incluyendo la Galería Uffizi, el Palacio Pitti, los Jardines de Boboli, el Belvedere, y el Palacio Medici.